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Octubre mes de la salud oral

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Dra. Arabella Michelén

Octubre está dedicado a la salud oral, una oportunidad ideal para recordar que nuestra boca es mucho más que dientes: es salud, estética, comunicación y bienestar.

Sana alimentación, acudir al odontólogo regularmente y una correcta higiene oral; son mensajes que hoy escuchamos con frecuencia, pero no siempre fue así. La historia de la odontología está llena de curiosidades, sacrificios y avances que nos ayudan a valorar todo lo que tenemos a nuestro alcance en la actualidad.

Las primeras referencias sobre tratamientos dentales se remontan al Antiguo Egipto, alrededor de tres mil años antes de Cristo, donde ya se describían enfermedades de las encías y formas rudimentarias de aliviar el dolor. También se han encontrado restos humanos en los que se usaban hilos de oro para fijar dientes, una especie de prótesis primitiva. En la Grecia clásica, Hipócrates y Aristóteles escribieron sobre extracciones y tratamientos con hierbas. Más tarde, en la Edad Media, la odontología no existía como profesión independiente: eran los llamados dentistas barberos quienes, además de cortar cabello y afeitar barbas, extraían dientes, drenaban abscesos y realizaban pequeñas cirugías. La silla del barbero era también la del dentista de la época, y su famoso poste a rayas rojo y blanco representa todavía hoy la mezcla de barbería y sangrías médicas.

La belleza transmitida por una sonrisa hermosa no siempre tuvo el mismo concepto, por ejemplo, antiguamente un diente cubierto en metal precioso, era símbolo de poder y hermosura.

Fue en el siglo XVIII cuando la odontología empezó a consolidarse como una profesión con identidad propia. El francés Pierre Fauchard, considerado el padre de la odontología moderna, publicó en 1728 su libro. Desde ese momento, los dentistas comenzaron a diferenciarse de los barberos y cirujanos, y la odontología tomó el camino hacia la especialización que hoy conocemos.

A lo largo de los siglos XIX y XX llegaron grandes avances: el uso de la anestesia en 1844, la invención de la amalgama, las primeras prótesis y más tarde la odontología preventiva con el flúor y los sellantes. Estos cambios marcaron un antes y un después, permitiendo que los pacientes no solo atendieran el dolor, sino que buscaran conservar sus dientes y sonrisas.

En República Dominicana, los primeros dentistas ejercían de manera empírica o con formación adquirida en el extranjero. Durante el siglo XIX, algunos dominicanos viajaban a universidades de Cuba, Venezuela, Estados Unidos o Europa para formarse y luego regresaban a ofrecer sus servicios. En muchos casos, eran médicos generales quienes atendían las urgencias dentales, o bien barberos y prácticos que realizaban extracciones, como ocurría en gran parte del mundo en épocas pasadas. El gran paso hacia la profesionalización se dio en 1944, cuando la Universidad Autónoma de Santo Domingo inauguró la primera Escuela de Odontología del país. A partir de ese momento, los primeros profesionales titulados marcaron el inicio de una nueva etapa en la que la odontología pasó de ser vista como un oficio complementario a consolidarse como una ciencia de la salud con especialidades diversas.

Actualmente, la odontología en República Dominicana se encuentra a la vanguardia en muchas áreas. La incorporación de tecnologías digitales, como el escáner intraoral, la radiología 3D y las impresoras para prótesis, permite diagnósticos más precisos y tratamientos más rápidos y cómodos para los pacientes. Además, cada vez hay mayor conciencia de que la salud oral está estrechamente vinculada con la salud general y el bienestar. Enfermedades como la diabetes, los problemas cardiovasculares y hasta complicaciones en el embarazo tienen relación con la boca, lo que hace indispensable ver la visita al odontólogo como un hábito preventivo y no solo como respuesta al dolor.

Recordar la historia de la odontología, desde los barberos que extraían dientes en mercados medievales hasta los modernos laboratorios digitales que hoy fabrican prótesis en pocas horas, nos invita a reflexionar sobre el privilegio que tenemos en este tiempo: acceso a tratamientos seguros, indoloros y efectivos.

En este mes de la salud oral, la invitación es clara: un llamado a la prevención.

Cuidar tu boca es cuidar tu salud y honrar siglos de historia dedicados a preservar una de las expresiones más hermosas del ser humano: la sonrisa.

¡Felicidades a todos los odontólogos en su día!

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